La primera vez que leí The Catcher in the Rye, la obra maestra de J. D. Salinger, sinceramente me enteré de poco. No entendí el asunto del libro y, de hecho, no lo llegué a apreciar. Tenía 18 años y pocas posibilidades de entender lo que el autor quería expresar, la problemática que vivía el personaje principal o el problema existencial y atemporal de la primera juventud, quizá porque yo estaba en el mismo lugar que el personaje.
Posiblemente cada traductor sea capaz de escribir su propia versión de un libro, dependiendo de su edad, su origen e incluso su propia experiencia. Cada lector lee el libro que quiere leer en cada momento y puede imaginárselo de forma distinta cada vez.
El traductor lee e imagina su propio libro y yo te ofrezco lo que mi imaginación ha querido entender de cada uno de los libros que he leído y me han regalado estas autoras y autores:
- Jennifer Hancock : El enfoque humanista de la felicidad
- BK Bradshaw: El diario alienígena de Super Jewels
- Sonador Snow : Operación Apocalipsis
- Katrina Kahler: Mi hermano es un marginado (libros 1, 2 y 3)
- Hannah Howe: Excavando en la tierra
- Michael N Wilton: El espía que no sabía contar
- Eric Schumacher: El martillo de Dios y El festín del cuervo
Por cierto, leí The Catcher in the Rye con casi 50 años y lo disfruté sobremanera. Algún día ofreceré mi propia versión.