Una de espías en el más puro estilo de humor británico
Imponer un nombre de pila como Jefferson Youll a un joven al que ya se le ha endilgado un apellido como Patbottom (algo así como «patada en el culo») es una desventaja suficiente para cualquiera, pero su educación en una escuela de pueblo y su figura oronda hacen que su vida se vuelva muy complicada.
Después de conformarse con una sucesión de trabajos sin futuro, consigue refugiarse en un departamento de estadística del Gobierno que se dedica a los números, su peor pesadilla. No en vano aistió a la denostada Escuela Elemental de Watlington. Para escapar de la atención amorosa de su siempre atenta colega Patience, Jyp se esconde en otra oficina, donde es confundido con un experimentado asesino de espías y es reclutado por uno de los departamentos de seguridad de Gran Bretaña.
A trompicones y con un sinfín de malentendidos y situaciones bochornosas, se adentra en una lucha para desenmascarar a una serie de espías aparentemente de confianza en el corazón del Whitehall británico, en una batalla desesperada para ganar la mano de su verdadero amor.
MICHAEL N. WILTON (Londres 1929) ha trabajado en el sector de la banca y en la Royal Air Force, desarrollando puestos en comunicación corporativa y apoyando la industria del cine a través de un amplio espectro de temas, lo que ha facilitado conocer, a lo largo de su carrera, una infinidad de situaciones y personas. A partir de su jubilación, decidió dedicarse a lo que siempre había sido una pasión: la escritura creativa.
EL ESPÍA QUE NO SABÍA CONTAR es una historia cómica, en el más puro estilo británico, que pronto podréis disfrutar en castellano. Ingenio, romance, malentendidos, juegos de palabras en una historia de «espías» bastante peculiar.